Tim Schafer es uno de los responsables de clásicos de las aventuras gráficas de la talla de Full Throttle, Grim Fandango y Day of the Tentacle, todos títulos de la era dorada de Lucas Arts. Ahora, junto a su equipo de desarrollo Double Fine, vuelve al género que nos trajo tantas alegrías para contar una singular historia con elementos imaginativos, alegres e hilarantes.
En una época donde las aventuras gráficas parecían condenadas al olvido, Tim Schafer inició una recaudación colectiva (esperaba obtener cerca de 400.000 dólares), y al llegar a la fecha límite había recaudado 3 millones de dólares. Ahora tenía la responsabilidad de hacer realidad el juego que había entusiasmado a grandes y chicos.
Broken Age está dividido en dos arcos argumentales que llevarán adelante una aventura del género ‘point & click’ (apuntar y señalar), como fueron Monkey Island o Day of the Tentacle donde Tim participo. Por un lado está la joven Vella, cuyos vecinos han decidido ofrecer como sacrificio al monstruo Mog Chothra, y por otro el aburrido Shay que vive desde pequeño en una nave espacial comandada por una inteligencia artificial sobreprotectora. ¿Qué pueden tener ambos personajes en común? El deseo de libertad. Ambos buscan ser ellos mismos en un mundo que los obliga por diferentes razones a actuar de maneras determinadas, pero a lo largo del juego (con hilarantes diálogos, puzzles complejos y personajes de lo más divertidos) descubriremos que hay algo más allá de lo que ven nuestros ojos.
El estilo visual y sonoro de la aventura es perfecto, se adapta a las necesidades de cada uno de los arcos argumentales y nos lleva de pantalla en pantalla mientras transmite exactamente los sentimientos que los creadores quieren manifestar. Broken Age puede significar el regreso a una era dorada donde las aventuras gráficas siguen vigentes, por más que no haya combates en tiempo real, explosiones o zombis para eliminar.
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