Hay que admitir que la gente se entretiene fácilmente con cualquier cosa que se les cruce y parezca remotamente divertida, por más inútil o poco profunda que ésta pueda ser en realidad. No es sorpresa así que la aplicación de creación y compartición de minivideos Vine se haya convertido en una máquina imparable que recibe cada vez más usuarios con el paso de las horas, siendo de enorme beneficio a Twitter, la red social que está prácticamente adjunta a esta herramienta online. A esto no lo ayuda en absoluto que cada vez más celebridades estén utilizando el servicio, porque con esto sus seguidores también terminan sumándose a la enorme bola de usuarios. Recientemente, Facebook se alió con Instagram para sacar su propio sistema tipo Vine, ya que no hay manera alguna de que la herramienta original no termine colapsando con tantas personas utilizándola al mismo tiempo, y así todos terminen migrando a este nuevo servicio.
Pero volvamos a la original. Vine estaba rondando desde hacía ya tiempo, pero siempre pasaba desapercibido frente a los demás métodos para compartir vídeo, y no fue hasta que Twitter adquirió la empresa en Enero que no repuntó en popularidad. Es más, al momento de la compra, unos analistas predijeron a Wired que Vine iba a ser uno de los servicios más utilizados de la Internet, y no mintieron: sólo en Mayo, el sitio web adquirió 3,5 mil millones de usuarios (a diferencia de los 77.000 que tenía previo a la compra), y la aplicación para iPhone sobrepasa las diez millones de descargas.
Increíblemente, es la mismísima Internet la que se queja del auge de los gifs, pero disfruta de verse seis segundos en un vídeo que nunca para de hacer loop. Sí, lo único que Vine realmente hace es grabar un gif común y corriente, de esos que se pueden ver en LiveJournal o Tumblr, y subirlo a la web. Sin embargo, los usuarios parecen obviar esto y escoger este sistema ya que definitivamente es más conveniente que un vídeo de YouTube y, además, les permite tener para siempre una secuencia corta de algún momento personal.
Mientras que este servicio siga en pie, lo más probable es que Vine literalmente se vuelva una enredadera, una que no se podrá cortar con nada del mundo.