Todos conocemos las consecuencias de la contaminación y los daños que hemos provocado desde hace muchos años a la Capa de Ozono, sin embargo científicos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), han arrojado interesantes conclusiones de un estudio realizado en el 2013. La recuperación de la Capa de Ozono es un hecho, gracias a que los niveles de contaminación han comenzado a bajar, debido a que algunos gobiernos han tomado muy en cuenta el trabajo con las fábricas que producen gases altamente nocivos y demás elementos que dañan la capa que nos protege de los dañinos rayos del sol.
Por el momento el agujero de la Antártida ha dejado de crecer y eso es una noticia excelente. Pero no será hasta el año 2030, en que la Capa de Ozono comenzaría a reducir los agujeros que hoy posee. Esta noticia no solo es buena para el medio ambiente, también lo es para nuestra salud, porque con la reducción de los agujeros de la capa, se está reduciendo la probabilidad de que alrededor de 2 millones de personas sean diagnosticados con cáncer de piel en los próximos años. Además de lesiones en los ojos y daños en flora y fauna silvestre.
Los más de 300 científicos que participaron en el estudio, dan crédito al protocolo de Montreal firmado en 1997, como gestor para que esta disminución del daño en la Capa de Ozono sea un hecho. Pese a las buenas noticias, es necesario que continúen vigilando los tratados y su cumplimiento, para evitar una recaída y acabemos con lo que queda del planeta. Si la Capa de Ozono vuelve a recibir todos los gases que recibió en los años 80s, la degradación de esta podría ser imparable y la raza humana estaría en graves problemas.