A muchas personas diariamente les dicen que les quedan pocos días de vida, creo que es la peor noticia que un ser humano puede recibir, es algo que no se asimila muy bien, pero se de muchas personas que han logrado revertir o alargar esa brecha entre la vida y la muerte y se han burlado de ella, logrando vivir mucho más, cumpliendo lo que en tantos años no hicieron e incluso, cambiando en muchos aspectos, eso es lo que nos muestra Dallas Buyers Club, la cruda realidad del VIH en el mundo y las pocas posibilidades de tratamientos efectivos, así ha sido desde hace décadas y lo seguimos viviendo.
La película Dallas Buyers Club está basada en hechos reales, y debo decir que es totalmente conmovedora, los actores principales hicieron su trabajo de forma majestuosa, sin exagerar o tornarse los más sufridos por su enfermedad, a comparación de otras cintas de este tipo en donde se ve el afán de los actores por lograr nominación, el club de los desahuciados se guarda en las proporciones y por eso es una de las más aclamadas por la crítica.
Sin temor a equivocarme, Colombia es uno de los países con el peor sistema de salud en el mundo, y eso lo viví en la película, porque se muestra claramente que la medicina y los medicamentos ofrecidos en Estados Unidos, no daban los resultados que si brindaba Ron Woodroof y su estilo de medicina prepagada. Ron (Mathew McConaughey) se dedicaba a ser electricista, pero llevaba una vida loca de sexo, drogas, alcohol, timador, entre otras. Sufre un accidente sin sentido y es llevado al hospital, nada grave, hasta que llegan los médicos y le dicen que es portador de VIH, dándole tan solo 30 días de vida por su condición avanzada, pues el virus ya se había convertido en síndrome de inmunodeficiencia adquirida, allí comenzó el rechazo de todos quienes lo conocían, su vida cambia por completo y emprendió una carrera por evitar su muerte. Investigando pudo conocer más su enfermedad y pudo establecer los medicamentos que le darían la longevidad anhelada, pero tenía que adquirirlos de forma ilegal, pues en Estados Unidos no estaban aprobados, esa era la salida y la de muchos enfermos de la época.
Mientras observaba la película, no podía dejar de admirar la fotografía, el vestuario, todos los escenarios que la cinta me presentaba, increíble cómo me transportaban a la época de los 80s, eso sin contar con la transformación total de Jared Leto y Mathew McConaughey, simplemente majestuosa. La imagen tiene ese color opaco de las películas de hace 30 años, es genial volver a sentir todo eso con una cinta de calidad. Cuando tengan la oportunidad de ver el filme, se darán cuenta que durante los 116 minutos de duración, nunca van a aburrirse en un solo instante, esta tan bien contada la historia que por más que se hable de enfermos terminales, no se convierte en una novela de sufrimiento, todo lo contrario, demuestra que de las cosas malas pueden surgir momentos de grandes ideas y fuerza para vivir.
La banda sonora es muy precisa para cada momento, me gusto escuchar Sweet Thang de Shuggie Otis, este multiinstrumentista de Jazz, Soul y otros ritmos que siempre será una delicia escuchar.
Hablemos de las actuaciones, porque en esta ocasión llegan acompañadas de un esfuerzo descomunal de los actores principales por demostrar con su cuerpo la terrible enfermedad que los aqueja, McConaughey bajo 23 kg para realizar la interpretación de Woodroof, mientras que Leto bajo 14 kg, el resultado salta a la vista y eso lo aprecia mucho la academia, por eso son los grandes favoritos a ganar el Oscar en cada una de las categorías en donde compiten.
Matthew McConaughey protagoniza la dura pelea con su enfermedad y contra las agencias que regulan los medicamentos, su impresionante transformación a medida que la película avanza es tan realista, que te repites si este hombre en verdad está mal, sus facciones y sus movimientos lo hacen ver como si ya no tuviera fuerzas para levantarse, al comienzo de la cinta se muestra rudo, homofóbico, pero su personaje da un giro desde todo lo que le producía “asco” adaptándose a la situación y llevándola a circunstancias insospechadas, lo que aborreció en un tiempo, hoy les daba esperanza de vivir.
Jared Leto es un artista polifacético, exitoso en todo lo que hace, aquí encarna a Rayon, un travesti que se convierte en el amigo y socio de Ron, su interpretación es muy limpia, en ningún momento se va a la parodia como suelen caer muchos actores al representar un personaje de estas características, hace mucho no veía a Leto en una actuación de tan alto nivel.
Jennifer Garner es el tercer personaje que mueve la historia, pero no se le da el tiempo suficiente para conocer más a su personaje, transciende un poco junto a Woodroff cuando entablan esa pequeña relación, pero siento que falto profundizar en ella.
Si quieren ver una historia real y bien contada, Dallas Buyers Club es la mejor elección.
Reparto: Matthew McConaughey (Ron Woodroof), Jennifer Garner (Eve), Jared Leto (Rayon), Denis O’Hare (Dr. Sevard), Steve Zahn (Tucker), Michael O’Neill (Richard Barkley), Dallas Roberts (David Wayne), Griffin Dunne (Dr. Vass) Director: Jean-Marc Vallée (C.R.A.Z.Y, La reina Victoria, Café de Flore).