Hoy se conmemora un día más en la lucha contra el Sida, una enfermedad en donde la ciencia no ha tenido el suficiente avance para erradicarla, aunque si existen tratamientos efectivos para mantenerla controlada y que sea prácticamente indetectable. Otro problema que se une a los costosos tratamientos, es la ignorancia de la gente respecto a las diferencias que hay entre VIH (Virus de la inmunodeficiencia humana) y Sida (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida). Resulta complejo entender el porqué, aun no se tiene un conocimiento claro sobre el tema, con tantas campañas que los gobiernos del mundo realizan para evitar el contagio.
El VIH es un virus controlable, para quienes pueden pagar un tratamiento eficaz.
El Sida ya no es esa epidemia a la cual se temía tanto en la década de los 80s, aunque siguen siendo millones los infectados por año, debemos diferenciar que es el VIH y el Sida. Para detectar la enfermedad, basta realizar un examen sencillo en laboratorio. Lo que se hace es buscar anticuerpos que se producen en el cuerpo cuando el VIH está presente. Estos anticuerpos no están presentes en una persona sana, así que esto da como resultado el seropositivo. Pero tener VIH no significa que la enfermedad este desarrollada. Precisamente ese desarrollo o madurez de la enfermedad, es lo que conocemos como Sida.
El paciente diagnosticado con el virus, puede transmitirlo mediante vía sexual o sanguínea, por tal motivo un seropositivo nunca podrá donar sangre. Si ponemos el ejemplo de Charlie Sheen, quien tiene el dinero y los medios para un tratamiento eficaz, capaz de dejar el virus prácticamente indetectable, tiene menos posibilidades de contagiar a alguien por vía sexual, aun así con donar sangre, si lo puede hacer, porque el diagnostico siempre será el mismo, la enfermedad está ahí, dormida, pero estará presente hasta el último día de vida o hasta que se encuentre la cura.
Si un paciente cuenta con los medios para pagar el tratamiento, la esperanza de vida será como la de cualquier otra persona en el mundo, porque se controla el virus del VIH. Es como si estuviera dormido, sin embargo, al dejar de tomar la medicación, la enfermedad se activara de nuevo. Nadie se muere de VIH o Sida, son las diferentes infecciones que entran al cuerpo, quienes acaban con la vida del paciente.
El Sida, es letal sin tratamiento.
El Sida aparece en nuestro cuerpo, cuando el VIH acaba con nuestro sistema inmune. En ese momento el paciente se debilita y se abre la puerta para que las infecciones comiencen a llegar sin problema, pues el VIH ya habrá hecho su tarea y elimino todas las defensas de nuestro cuerpo. Por lo tanto, el paciente no muere de Sida como tal, son los microorganismos patógenos, quienes terminan con la vida de una persona.
No obstante, el Sida también tiene tratamientos que lo controlan, de esta forma puede llegar a ser una enfermedad crónica, como por ejemplo las enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes, etc. Aun así, el índice de muertes al año es demasiado alto. Los decesos provocados por la enfermedad, llegan al millón y medio al año. Aunque también se debe decir que en el 2005, esta cifra pasaba los dos millones y medio de muertes. Los números son aún más escandalosos, porque la estadísticas hablan de 38.6 millones de personas infectadas en todo el mundo, en donde más de la mitad no tiene tratamiento.
¿Tenemos cura a la vista?
Por el momento está en marcha una interesante investigación que comenzara con pruebas el próximo año, y podría convertirse en la cura preventiva. Esta vacuna, según la Comisión Europea, estaría lista para ser distribuida en el 2020. Lo mejor es cuidarse al tener relaciones sexuales, estar protegido y saber las posibilidades que tenemos para evitar el contagio. En caso de tener VIH, no dude en buscar ayuda médica profesional y seguir rigurosamente el tratamiento asignado.