Con bombos y platillos se lanzó Tidal, el servicio de streaming musical el cual congrego a un gran número de estrellas para darle un empujón más certero y convencer a los consumidores que ellos si tienen la experiencia para ofrecer el mejor streaming de la red. Y en parte tienen razón, porque para mí, fue un gran acierto añadir el formato FLAC (Free Lossless Audio Codec), que viene a ser un códec de audio que una vez comprimido, no tiene perdidas de información, por lo tanto es de mayor calidad. Estamos hablando de escuchar un tema musical con la calidad que salió del estudio de grabación.
Tidal tiene una premisa clara, y es competir fuerte con servicios ya posicionados entre los usuarios, como son Spotify, Deezer, Pandora, e incluso Google y Apple. Sin embargo las quejas generalizadas desde el día del lanzamiento fueron dos. La primera fue el alto costo de los planes, y la segunda es que no ofrecen versión gratuita, ya que los artistas están en desacuerdo con dicho modelo de negocio. Pese a toda la parafernalia, Tidal no logra arrancar y los medios más importantes ya comienzan a hablar de fracaso. Estas son palabras mayores.
Las cifras comienzan a ser inquietantes. En la tienda de aplicaciones de Apple para Estados Unidos, Tidal no aparece en las primeras 100, es más, hace rato salió de las primeras 700 aplicaciones más importantes de la App Store, lo que demuestra que el servicio de streaming no ha logrado captar usuarios y lo más probable es que sea el precio y la eliminada opción de probarlo gratuitamente antes de cargar costos a la tarjeta de crédito. Lo más irónico del caso, es que servicios como Beats Music, están dentro de la lista de las 20 aplicaciones más descargadas para iPhone en Estados Unidos. ¿Qué paso con Tidal?
Aún es prematuro para hablar de fracaso, pero lo cierto es que si Jay-Z no toma cartas en el asunto rápidamente, en unos meses Tidal podría convertirse en el fracaso más importante del 2015.