Que placer volver a ver a la señora Judi Dench en una actuación que le exija sacar todo ese gran talento para actuar, desde las primeras líneas de la película se puede apreciar la emotividad que le imprime a su personaje Philomena, esa intensidad pero a la vez sensata capacidad para no desesperar en momentos realmente difíciles en la vida de una persona, hacen que valga la pena ir a ver esta película en cines, aunque la actuación de Steve Coogan tampoco desmerece en lo absoluto, no alcanza el nivel dramático en algunas ocasiones. Como dato adicional, Steve Coogan también se lleva crédito por ser uno de los escritores de esta cinta británica.
Este año los Oscar se caracterizan porque varias de las películas son historias reales, Philomena no podía ser la excepción, está basada en un libro que se publicó en el 2009, y cuenta la historia de una mujer nacida en Irlanda llamada Philomena Lee, quien quedó embarazada muy joven, siendo castigada y llevada a un convento de monjas verdaderamente rígidas, fanáticas y sin ningún respeto por sus internas, dando como resultado un sufrimiento de por vida para Philomena y las otras jóvenes que perdieron a sus hijos, porque las monjas los daban en adopción a personas de otros países, sin volver a dar razón a nadie. Philomena es una de esas víctimas.
Años después de perder a su hijo y de ya no estar en el convento, Philomena se dedicó a buscarlo, lastimosamente la espera por encontrarlo duro 50 años, hasta que un periodista reconocido conoció la historia y decidió ayudarla en la búsqueda, dando resultados rápidos y certeros para dar fin a la espera de Philomena. La cinta nos lleva por una entretenida investigación en donde Philomena (Judi Dench) y Martin Sixsmith (Steve Coogan), van siguiendo las huellas que el tiempo les ha dejado, hasta encontrar lo que buscaban, aunque también tejiendo una relación de amistad entre los dos protagonistas.
La historia es toda una crítica a las grandes equivocaciones que ha tenido la iglesia católica y más en Irlanda, que es donde se enfoca la trama, porque se ve claramente que se aprovecharon de un grupo de jóvenes solteras que no tenían más auxilio que las monjas. No es la primera vez que un filme con tintes religiosos muestra las atrocidades morales que el catolicismo provoco años atrás, que lamentablemente, hoy todavía son heridas abiertas que el tiempo no ha logrado curar, porque en Irlanda la búsqueda de niños dados en adopción no termina, y tal vez sea un constante martirio para las madres que no tienen como encontrar a quienes alguna vez le dieron la vida.
Los componentes cómicos de la película están bien cuidados, por el tema dramático la historia no conlleva al odio, todo lo contrario, Philomena es una mujer educada dentro de los valores religiosos y los supo cultivar tan bien, que en el momento de enfrentar a quienes la separaron de su hijo y pudiendo tomar medidas legales, sucede todo lo contrario, creo que el público saldrá sorprendido, porque la protagonista demuestra que el perdón siempre debe ser la premisa por muy adversa que sea la situación, es algo que nos dejara pensando y no me quiero poner sentimental, pero de pensar así, el mundo sería diferente.
Philomena tiene un final inesperado, la búsqueda dio resultado, dejando una enseñanza bastante grande. Creo que el domingo estará muy difícil la elección de mejor película, aunque en estos ámbitos artísticos también cobra mucha importancia los favores dentro de la misma academia, así que eso podría facilitar las cosas, aunque si la elección estuviera en mis manos, no sabría a cuál darle mi voto.
Todo es un contraste bastante interesante, porque mientras que Philomena es muy creyente y trata de no cometer pecados u ofender, Martin el periodista tiene una posición bastante radical respecto al tema religioso y de Dios, es un ateo declarado, sin embargo esto no interfiere de forma importante en la relación amistosa y menos en la búsqueda del hijo de Philomena.
Judi Dench es una gran actriz, sus gestos y forma de presentar diálogos puntuales son un placer para la vista y oídos. La banda sonora juega un papel importante en las escenas cruciales, sobre todo por ese tono melancólico y nostálgico que propone con sus melodías.
No se pierdan esta película con un mensaje directo hacia la religión y sus vergonzosos momentos históricos, pero más importante aún, esa invitación al perdón y desarmar el corazón de esa sensación que nos corroe y no nos deja ser felices.
Reparto: Judi Dench (Philomena), Steve Coogan (Martin Sixsmith), Sophie Kennedy Clark (Philomena Joven), Anna Maxwell Martin (Jane). Dirección: Stephen Frears.