Para algunos el pan casero puede resultar un verdadero desafío, pero al ser una receta típica y con muchas variantes, es posible que encuentres aquí una forma sencilla de cocinar pan casero y disfrutar en tu mesa con el fruto de tu propia elaboración.
Para preparar pan casero con esta receta necesitamos 750 gramos de harina de fuerza (se puede identificar como harina 55 y es especial porque al tener más gluten y ser molida ofrece un producto esponjoso y de textura suave, un pan exquisito), 30 gramos de levadura en polvo, media cuchara sopera de sal, una bolsa de plástico y un molde.
Con estos elementos e ingredientes podemos llevar adelante los pasos para preparar un pan casero exquisito y muy sencillo.
Empezamos pasando la harina por un colador y mezclando la sal en un recipiente. Agregamos la levadura. Si es en polvo no hay problema, pero si usamos levadura normal primero hay que disolverla en agua tibia con un poco de azúcar, ese líquido lo vertimos con la mezcla principal.
La proporción de sal es extremadamente importante para preparar este o cualquier otro pan casero. El exceso puede resultar en una textura grumosa y poco apetecible, además de un sabor extremadamente salado.
Una vez que todos los ingredientes están mezclados revolvemos hasta obtener una pasta uniforme y pegajosa. Sacamos del recipiente y espolvoreamos harina en la mesada para después tirar la mezcla allí. Amasamos durante 10 minutos y el gluten al entrar en contacto con el oxígeno empezará a elevar la masa.
Ahora hacemos una bola con la masa y así permitimos que la mezcla sea más consistente. Amasamos y colocamos dentro de la bolsa de plástico que antes untamos con un poco de aceite. Dejamos reposar hasta un tamaño considerable, más o menos 2 horas, 6 si hace mucho frío.
Distribuimos la masa en porciones sobre un molde untado con aceite, podemos hacer un pequeño corte sobre la masa y untar agua con sal, lo devolvemos a la bolsa y repetimos la operación.
Después el pan irá al horno, previamente calentado a 230 grados para cocinar por 30 minutos hasta que la corteza esté dorada y ya tenemos nuestro pan casero listo para una cena, una merienda o un almuerzo inolvidable.