Thor, al igual que la mayoría de los personajes más emblemáticos de Marvel, fue creado por Stan Lee. El historietista ya había creado un grupo de héroes cuyos poderes representaban los elementos del planeta Tierra (Los Cuatro Fantásticos) y hasta un científico capaz de convertirse en un monstruo temible (Hulk) pero en medio de la denominada Revolución Marvel necesitaba un héroe aún más poderoso que todos los anteriores.
La idea de Stan Lee fue revisar diferentes mitologías, apropiarse de un dios y crear una historia entretenida y atrapante para el lector. DC Comics ya había hecho algo similar con Flash, Shazam e incluso La Mujer Maravilla, era solamente cuestión de mezclar un poco los ingredientes y listo.
La mitología nórdica encajaba perfecto con el nuevo estilo ‘imperfecto’ de las historias de Lee. Los dioses nórdicos suelen ser personajes trágicos, con una gran cuota de derrotas en sus batallas míticas.
El elegido fue Thor, heredero del trono de Odín. Su primera aparición en el cómic fue en agosto de 1962 en el número #83 de Journey into Mistery. Los dibujos correspondían a otro pilar de Marvel, Jack Kirby, y los guiones de las primeras aventuras estuvieron a cargo del hermano de Stan Lee, Larry Lieber.
Los orígenes de Thor nos muestran al doctor Donald Blake que posee una deficiencia física notable: es rengo. En un viaje de vacaciones por Noruega asiste a los primeros actos de una invasión de Hombres de Piedra provenientes de Saturno y al esconderse en una cueva encuentra una vara de madera que se transforma en el mítico martillo Mjolnir y a su vez lo convierten a él en Thor, el poderoso dios nórdico.
¿Su primera misión? Detener la invasión de los Hombres de Piedra. A partir de allí vivirá muchas épicas aventuras de las que hablaremos en otra oportunidad en Malagana, pero lo cierto es que Thor dijo presente en 1962 y desde entonces vive aventuras heroicas en diferentes planetas y dimensiones.